Lo juro por dios

!Lo juro por dios¡

El 99% de las veces que veo cine estadounidense, suelto esta frase.

¿Qué ha pasado con el cine norteamericano para que la suelte reiteradamene y, peor aún, como sigo malgastando mi tiempo, incluso abonando la entrada, sosteniendo un cine para oligofrénicos?

Recordemos a aquellos actores (Al Pacino, Robert de Niro, Donald Sutherland, Dustin Hoffmann...) de los años 70 y comparémoslos con estos mismos actores actualmente. Las preguntas que me vienen son:

-¿No ganaban lo suficiente, en su primera época, aún con grandes éxitos de taquilla?;
-¿Les han llevado los problemas financieros a la actual situación?;
-¿Tienen alguna fundación u Ong y eso les lleva a aceptar cualquier papel?;
-¿No soportan el anonimato?;
-¿Su tren de vida es tan alto que necesitan grandes entradas de dinero?
-¿Han enfermado psicologicamente?.

Si pensamos en este tipo de actores, consagrados en los años 70 con éxitos como “El cazador”, “Casanova”, “Taxi driver”, “El graduado”, “Cowboy de medianoche”, “Serpico”, “El padrino”, etc, suponemos el respeto que tendrían los directores y productores cuando les proponían un guión y pensaban que podrían rechazarlo, al ser actores que solamente hacían una película cada 2 ó 3 años y no aceptaban cualquier papel. Su objetivo era conseguir el Oscar a la mejor película, sin pensar en el premio al mejor actor, ya que se sabía que estaban entre los 3, 4 ó 5 mejores actores del momento y que cualquiera de ellos podría conseguirlo. Lo importante era la película, no el Oscar al mejor actor. Esto era un premio colateral.

Mi tesis es que hubo un hecho que lo cambió todo, que hubo una génesis: un actor retirado desde hacía años, consigue una cifra astronómica de una productora por actuar solamente diez minutos. Llegó a cobrar más por esos diez minutos que otros actores por una actuación de 2 horas. El actor era Marlon Brando y la película era “Superman”. La caja de Pandora se abrió, es el año 78. La decadencia ha llegado.

Desde la lejanía del tiempo, podemos recordar las críticas a Dustin Hoffman y a la película “Kramer vs Kramer” (1979) tachándola de comercial, por tratar un tema tan manido como era el divorcio y el problemas de los hijos. Los críticos se mostraban decepcionados con que un actor, como él, se prestara a esto.

No sólo se comienza a actuar en películas comerciales, sino que sus egos se disparan y ahora sólo buscan el individualismo cinematográfico, el objetivo cambia, ahora sólo buscan el estrellato por encima de todo, sólo desean el Oscar, ya no a la mejor película, sino al mejor actor.

-Robert de Niro, después de “El cazador” (1978) hace el papel de un boxeador en “Toro Salvaje” (1.980) teniendo que engordar varias decenas de kilos para este papel y tomando clases de boxeo.
-Dustin Hoffman, después de ser consagrado por “El pequeño gran hombre” y, sobre todo por “Cowboy de medianoche”, no tarda en emularlo con “Tootsie”, en el que interpreta a una hombre que tiene que imitar a una mujer. El papel le viene al pelo para demostrar su ego. Continua con “Rainman”.
-Al Pacino, después de “Serpico” comienza su busqueda del “Vellocino de Oro”, haciendo el papel de un fiscal enfadado durante dos horas en “Justicia para todos” (1.979). y se consagra con “El precio del poder” (1.983). La sobreactuación comienza, sólo hay que constatarla definitivamente en la escena del “Padrino III” en las escaleras con su hija en brazos.
-Donald Shutterland, pasa de hacer una pelicula tan intimista como “Casanova” a interpretar a un poseido por un bicho extraterrestre.

A mi mente viene Marcelo Mastronianni cuando decía que él no tenía ningún problema en hacer bodrios, pero lo justificaba aclarando que le servía para financiar sus obras de teatro, lugar dónde era verdaderamente feliz. Tenía un objetivo, digámosle, superior.

Los actores, anteriormente citados, no tienen esta coartada, la busqueda del Vellocinio de Oro y de su Ego, los ha enfermado. Viven de rentas de su prestigio, desde hace más de cuarenta años.

Lo dicho: “juro por dios no ver más películas americanas”. Esto saturado de películas con finales esperpénticos, de sobreactuaciones, de roturas en las líneas argumentales, de ver a supuestos buenos actores mal interpretar a demonios, hombres lobo y alienígenas.

¡Lo juro por dios!

No hay comentarios: