EL SINDROME RAMALLETS

"No estábamos con Franco, tampoco contra él". Esta frase se la oí decir a Ramallets, 12 años portero del Barça en la década de los 40 y 50. Definía muy bien la posición política que habíamos tenido la mayoría de españoles durante la dictadura. Agregó también que nunca se habían producido ni gritos ni silbidos, ni exhibición en contra del dictador en sus visitas que había hecho al campo del Barça. Quizás fue demasiado sincero al reconocer y revelar lo que muchos no quieren hablar. Quizás debería haberse callado y no traer imágenes de aquel pasado y poder seguir fabricándonos un falso curriculum.
Recuerdo también a otro portero -Iribar-, del Atletic de Bilbao, presidiendo una mesa de HB, al lado de dirigentes de esta organización, como queriendo apoyar con su presencia este acto y demostrando su militancia. Hemos sido muy olvidadizos. Vimos normal que hiciera este acto, quizás para avalar nuestra disconformidad con el régimen anterior. A nosotros, como a Iribar, no le importaba los trofeos que recogido de las manos de Franco, incluso le daba la mano, no hay constancia de que le diera dos besos, o uno con lengua… Él, Iribar, era otro Ramallets, era como la mayoría de nosotros.
Algo debe tener esta democracia, tan criticada por muchos, que nos ha hecho valiente de repente: ahora silban al Rey, ahora queman sus fotos, otros ponen una pancarta de "Catalonia is not Spain" en un campo de futbol, otros también a favor de ETA…,
Quizás Ramallets no debió de ser tan sincero y sobrevalorar algún hecho que hubiera él efectuado, directa o indirectamente, contra el Régimen, seguramente en su juventud. Pero no lo hizo. Quizás tenía vergüenza, esa virtud que está desapareciendo a pasos agigantados
¿Cuántos se han inventado su pasado? Que conste que no es reprobable.
Hubo otros síndromes todavía criticables:
-Síndrome Fraga: De todos conocido.
-Síndrome Suarez: Igual que el anterior.
-Síndrome Samaranch (el peor de todos): De falangista de camisa azul a presidente del COI, pasando de ser embajador del régimen franquista en Moscú a ser el personaje que en la primera visita del nuevo monarca a Cataluña le reclamara, en catalán, un estatus especial a esta tierra. Cosas veredes… Lo peor de todo, es que a lo largo de todos estos años ha tenido más prestigio que un verdadero antifranquista como Marcelino Camacho, dirigente de CCOO, que pasó 30 años en las cárcel. Cuando se hablaba de Camacho, seguidamente se hacía un chiste de su jersey, era como si de esta manera quisiéramos desprestigiarlo para borrar esa imagen que aparecía en el espejo y que no cuadraba con lo que habíamos sido nosotros.
Malos ejemplos hemos tenido para darles a nuestros hijos. Si un día en España se repite una situación como la del 36, les estamos diciendo: quédaros en casa, no hagáis nada, los que se oponen a los regímenes injustos no tienen futuro ni tendrán prestigio, los opositores siempre suelen ser idiotas, idealistas y gilipollas. Como decía un personaje a su hijo en no sé que película: "no resaltes, vuela bajo, mira solo por ti"

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