Recuerdo cuando éramos pacifistas y pensábamos que el Ejercito era una cosa de viejos, de gente bruta, de personas que estaban mimetizadas con el anterior régimen…, y abogábamos por su desaparición. Era el Ejército de Franco. Una estructura en la que se enmarcaba el régimen del Caudillo y le reprochábamos que fuera un sitio en donde, más o menos, te secuestraban durante un año y en el que solamente aprendías a vaguear. Había otros que le reprochaban que, al estar pendiente de hacer la “mili” no podías ser contratado por alguna empresa; otros, los que ya trabajaban, se sentían molestos al tener que dejar de trabajar un año para servir en filas sin que se les asegurara que a la vuelta tendrían reservado su antiguo puesto de trabajo.
Había algún otro caso que me resultaba chocantes y se daba la totalidad en zonas agrícolas, pequeños pueblos y aldeas, en las que podías encontrar a jóvenes que esperaban ir a cumplir sus obligaciones con
Yo, como la mayoría de la gente con la cual me relacionaba o conocía, éramos partidarios de la supresión del Ejercito o, estirando un poco nuestra posición, de crear un ejercito voluntario y profesional. No podía ser que nosotros, gente que no estábamos a gusto en un país tan gris, tan desfasado comparado con los países de
Valores como Patria (la patria de Franco); Sacrificio (por un país con el que no estábamos de acuerdo ya que queríamos ser como Alemania, Suecia u Holanda);
Con la llegada de
“¡Soldados!, ¿juráis por Dios y por vuestro honor y prometéis a España, besando con unción su Bandera, obedecer y respetar al Rey, y a vuestros Jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa de la soberanía e independencia de
Había que responder: “Sí, juro”. El “sí, prometo”, todavía no existía cuatro años después de promulgarse
Después aparecía un cura: "Ruego a Dios que os ayude a cumplir lo que habéis jurado y prometido”. ¿Pero no había cambiado todo?
Había otra opción si decías que no eras católico o pertenecías a otra religión, podías jurar bandera en la enfermería. No tengo ni idea que tipo de ceremonia se podría celebrar allí.
O sea, de momento, estabas encuadrado en una organización ilegal, subversiva, que no respetaba
Decía Perón, y no hablo precisamente de un demócrata, que
La aprobación de la ley de objeción de conciencia le dio un tiro mortal al ejército de recluta obligatoria. El sentir de la juventud no estaba en una organización que no vivía en la realidad del mundo actual, por lo que se acogían a
A la crítica de esta concepción anquilosada del Ejercito, se le sumaba otra también importante desde sectores nacionalistas e independentistas, con dos tipos de posiciones; una directa, de que España no era su país y que no tenían que defenderlo y, otra, que de una manera más solapada y pensando en su propio “proceso de construcción nacional”, promocionaba el ejercito voluntario y profesional que, aunque más caro que de leva obligatoria, era mucho más eficiente. Seguramente tenían algo de razón, pero no era su preocupación, sino otra que, evidentemente, no iban a confesar.
Todo esto llevó a que, maravíllense, el primer Gobierno de Aznar, con la ayuda de los partidos nacionalistas que le prestaban su apoyo, vulnerase
El Ejercito de recluta universal es una herencia de
El Ejército debió de ser reformado y no profesionalizarlo.
Años después, muchos años después, todavía siguen con lo mismo. ¿Qué se puede esperar de un Ejército que todavía tiene como unidad más importante, una división que se llama Brunete, en recuerdo de una de las batallas hubo como consecuencia de un golpe de Estado perpetrado contra un gobierno constitucional y que ganó el bando insurrecto?
¿Qué se puede esperar de un Ejército que celebra su día con la festividad de una deidad religiosa católica? ¿Los soldados ateos, protestantes y musulmanes cantan los himnos militares llenos de religiosidad católica? ¿Todavía se canta en
Parece ser que los españoles por lo único que podemos dar la vida es por salvaguardia de los valores católicos. Para defender los valores republicanos (igualdad, libertad, fraternidad), el Estado de Bienestar, por una buena educación y la sanidad pública, no.
En este momento de abundante inmigración, con gente proveniente de muchos países sin concepto de Estado, de sociedades rotas, no democráticas, de países que solamente existen en el mapa, el Ejercito hubiera podido ser un instrumento de uniformidad en los valores democráticos, obligando a que todos los nuevos españoles que vienen a ayudarnos a construir una sociedad mejor, tuvieran la concienciación de que algún día podrían tener que defender los valores de la sociedad democrática que les ha acogido. No por un dios, ni por la tradición, ni la historia que, lógicamente, no son comunes.
Un ejército así, sí que sería mi Ejército. El otro no.
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